martes, 27 de octubre de 2009

y mi cigarro?

llamaste, me invitaste a tu funeral, simplemente me quedo la opcion de aceptar tu invitacion, cuando una mujer esta decidida, ni con las mas bellas palabras se puede hacer cambiar de opinion.
recurri al terno de siempre, nunca compre otro, ese maldito traje que esta pasado a ese cigarro nervioso antes de una prueba oral, a esas gotas de cerveza que calleron luego del festejo, o quisas tambien de esas lagrimas de angustias que lo bañaron por el hombro. pero decidi deslumbrarte con algo especial, mencionaste que habria alcohol y en vez de decidirme por una camiza blanca y corbata negra, decidi llevar mi guallavera, si, como Charlye
te gusto un tanto mi convinacion, pero te enojaste porque como de costumbre, olvide ponerme los sapatos y parti con mis pantuflas, es que siempre he sido demaciado descuidado.
en tu ataud muchas personas lloraban, yo solo me aprobeche de ese festin de licores para ponerme a hacer lo que mejor puedo hacer (es que cada quien tiene su gracia) estoy seguro que lo prefieres asi.
solo te mire hacia dentro, por el cristal y tire el humo de mi cigarro hacia tu rostro, y como milagro, abriste los ojos, rompiste el cristal, me quitaste mi atesorado cigarro y volviste a dormir
mañana despertaras, todo volvera a la normalidad, mi camiza a la ropa sucia, el terno a donde siempre, el ataud al lugar de donde lo robaste y mi borrachera desaparecera... pero y mi cigarro?... me debes uno

sábado, 17 de octubre de 2009

Polilla


Y como una polilla entro por mi ventana, por el insignificante espacio que queda entre la cortina y la muralla, atraída por la luz, esa luz que la deja tonta, comenzó a revolotear y a golpearse por todas partes, intente atraparla, y lo logre, pero en cuanto pudo se zafo de mis manos haciendo cosquillas y volvió a volar, a golpearse por todas partes, es que esa luz, en vez de guiarla la desorienta, es la maldita luz artificial. Entonces hice mayores esfuerzos, ya no sabía si la quería atrapar para quedármela, para dejarla libre o solo matarla, pero su belleza me desconcentraba, yo solo quería escribir, y olvide lo que escribía. La golpee, la azote contra una muralla y se tranquilizo, la tome con delicadeza y la deje en la ventana. Si vuelve, volverá, si vuela, volara y si la pillo nuevamente, la volveré a dejar en libertad.

algo pasa

Algo pasa, no puedo escribir, he borrado ya dos mil veces este escrito, y sigo sin tener nada que escribir, algo me falta y a la vez algo me sobra, sé que tengo que escribir y pedir perdón, dar respuestas a muchas preguntas de muchas personas, pero no sé cómo empezar, ni mucho menos como terminar.
Odio que sepas que sigo aquí, esperando, odio que sepas que cada vez que escucho tu voz provocas esto en mi, odio que sepas que no te deje escapar, si no que solo estoy esperando a que reacción es como siempre debiste reaccionar.
Lamento tanto no poder enamorarme de ti, de quien debería hacerlo, lamento tanto seguir esperanzado en lo que no tiene esperanzas, pero lo que más lamento y que de verdad hace que mi corazón sangre lagrimas, es dañarte, no lo quiero, no quiero saber algún día que fui yo quien te quito las esperanzas, por estar esperanzado de otra.
Las mujeres, esa maldita raza superior que sabe lo que siento, pienso y me deja en la mas débil y frágil intranquilidad, bajo el maldito sol, esperando a que madure, pero rogando a que no lo haga, las mujeres, a quienes odio, pero a la vez, adoro con lo más profundo de mi corazón.
Lamento ser así, lamento no entenderme, lamento saber que pasa en sus mentes y lamento mas aun, lamento lamentar.

lunes, 5 de octubre de 2009

esa raza

Mujeres, esa raza superior que nos dominan con sus encantos físicos, miradas, coqueteos y un par de palabras.
De esa especie que creo Dios con nuestra costilla para que nosotros mismos no pudiéramos hacerles nada, pero al ser ellas partes de nuestro interior, nos muerden y desgarran el corazón con la simple intención de entretenerse
Esa raza superior capaz de hacernos creer que son inferiores, que necesitan de nuestro cuidado, para poder sabotearnos, para poder darnos ordenes de un modo sutil y cumplir con todos sus caprichos.
De esa especie de ilusionistas que al crear problemas y verse descubiertas, nos hacen creer que en realidad nosotros somos los culpables, que nosotros tenemos la maldita responsabilidad.
Esa raza superior capaz de escribir poesía, un libro o una canción solo para desprestigiarnos.