lunes, 3 de abril de 2017

Cometa

Él estaba parado ahí en medio de esa fuerte corriente de viento, mientras los cometas humanos volaban a su alrededor, todos sin alguien que los sujetara, uno por uno se iban acercando, admirando sus facciones, buscando alguna imperfección, por supuesto que las tenía, por montones, pero pareciera que nadie las podía ver.

Algunos cometas eran más bellas que otros, y él las besaba, al principio con un intenso sentimiento de aventura, queriendo probar todo, las besaba y las dejaba ir, pero luego con mucho más recato, intentando filtrar previamente el pesado hilo que arrastraban aquellos cometas, él quería uno para sí.

De vez en vez él saltaba intentando volar para tocar a alguno que no se acercaba, los miraba desde lejos, con los pies en la tierra, intentando hacerse cada vez más y más liviano para alcanzarlos, pero el peso siempre fue mayor. Se mantuvo en el suelo.

De vez en vez lo rodeaba uno que otro cometa hermoso, con muchas intenciones de levantarlo hacia el cielo, para hacerlo volar, pero temeroso él simplemente se desprendía, es mejor no pesar de más a tan vello objeto, pensaba.


Un día logro comprender la corriente de viento que a todos movía y como quería logro volar, al ser levantado pudo notar, todos vuelan solos.