Lo más extraño de todo es que de la nada aparece el tiempo
en el internet, y se detiene ante mí, para apreciarme, y retrocede, se preocupa
y me ocupa, entonces pensé en avanzar y no pude, sus ojos me deleitaron junto
con su sonrisa, y me sentí feliz, y así fue como paseamos por aquel parque de Santiago,
corrimos de aquí para allá, jadeamos muchas veces e incluso grito.
Todo estuvo detenido, no puedo decir cuánto tiempo fue,
porque ella lo controlaba, hasta que un día me vio directo a mi mente y comencé
a sentir nuevamente el tic tac.