jueves, 22 de enero de 2009

Vino a verme


Esta noche mientras dormitaba la muerte golpeo mi puerta, le abrí y le invite un trago, respondió que no, le pregunte si quería que le acariciara para relajarla, me dijo que no, entonces fue cuando le pregunte si se quería revolcar conmigo, respondió que no.
Se quedo parada en el marco de la puerta, por momentos parecía hermosa, deseable, vestida de blanco con esos senos y vagina dominantes, con esa mirada muerta y sedienta.
Le pregunte si era mi hora, solo lo negó con la cabeza, le pregunte porque había venido, solo me pidió que me desnudara, lo hice.
Ella se acaricio, estiro su cuello y parecía excitada, tuvo un par de orgasmos, solo con mirarme, yo no me cohibí, al contrario, la desee,
Ella me miro, me dormí con un cigarro encendido en la mano, cuando me desperté, el cigarro consumido quemo mi mano dejando una marca única, el dolor era intenso, mire hacia la puerta buscando a la muerte, pero ella yacía en el suelo, inerte.
Intente levantarla, dejarla en mi cama, pero fue inútil, entonces apareció otra muerte igual y se la llevo.

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