Y si el tiempo se acaba

Sería extraño que llegara el día, en el cual la muerte por fin se desenamorara de mí, me mirara con otros ojos, sin excitarse, parada frente a mi puerta y me digiera “es tu día, nunca creciste, nunca dejaste de jugar con fuego ni de creerte superhéroe, nunca llegaste a conseguir un trabajo distinto que el de tus padres, solo llegaste a conciliar tus personalidades y a escribir un montón de cosas que solo tú crees que el mundo leerá. ¿Creíste que arreglabas algo? No cambiaste la política, ni la religión, si quiera la forma de pensar de tu madre, nunca lograste a conseguir volar de nuevo en los brazos de alguien. Solo dejaste un montón de estupideces en los corazones de todas esas pobres mujeres que volaron entre tus dedos, entre tus palabras y que nunca conseguiste amar, a pesar del esfuerzo que hiciste.”
Tan solo no me quedaría otra opción que mirarla directo a los ojos, pedirle disculpas por nunca hacerle caso, e implorar que me lleve entre sus senos, todo mientras fumo mi último cigarro.