Desde hace tiempo que no reflexionaba, puede ser por las
pastillas, pero ya me estoy acostumbrando y puedo ser más yo con el beneficio
de ellas.
Hoy, mientras me movilizaba en transporte publico, un hombre
hiso historia, y lo digo porque el hombre no solo verdaderamente impartió una
clase de historia de Chile en el bus, sino que porque con su acción ayudo así o
más que los “padres” de la patria con el crecimiento más importante para
nuestra nación, la educación.
Ya lo había dicho en algún momento el ilustrísimo Diego
Portales, “primero hay que educar al pueblo, para que luego pueda tomar por si
mismo el control de la nación”. Pero a cambio de eso que es lo que tenemos, el
pueblo sin educación cree que se gobierna por si mismo, mientras la clase más
elitista, familiares los unos de los otros, los mantienen entretenidos al mas
alto y puro estilo del “pan y circo”.
Pan como siempre, circo ya cambiado, porque incluso el circo
nos da más educación, lo hicieron decaer y en su lugar, que nos dan, a las Argandoñas,
a los Mendez, Reality show y toda clase de basura en la televisión.
Cuando descubrieron que “el futbol mueve multitudes”, lo
convirtieron en el deporte más importante en nuestro país, es cosa de abrir
cualquier diario y nos daremos cuenta que es el único deporte sobre cual
informan, pero que pasa con el resto en el cual si somos buenos, nada, solo hay
cabida para un poco de tenis.
Al descubrir que el cine gringo tiene la capacidad de
influir sobre nosotros, lo volvieron la “cultura”, pero no hay cabida para
otros tipos de arte como la magia, el teatro, la pintura, la fotografía, etc. En
cambio de eso, solo las familias privilegiadas tienen gran acceso a ello.
Respecto a esto, me nace la necesidad de hablar sobre dos grandes
injusticias que me ha tocado vivir, la primera es, y desde dentro de mi corazón,
la magia, y solo sobre ello voy ha indicar que los dos únicos MAGOS que vive de
ella en chile son, en primer lugar Don Israel Rodriguez Calderón alias Ruthguiller Dumont, y don Miguel Ángel Araya alias Marduck y lo
hacen a media.
Y la otra es Don Edison Venegas, un chico de una clase baja
quien vive en la comuna de Lo Espejo, un joven privilegiado del piano, quien se
las tiene que arreglar como puede para poder tocar un poco en su viejo órgano que
a ratos se apaga, cuyo sueño es tocar un piano de cola. Si Edison hubiese
nacido en una familia de la Élite, no estaría soñando eso, sino que tendría uno
en su despacho, hubiese estudiado en una escuela con nombre en ingles y no en
una con numero y ahora en ves de estar por ahí sin hacer mucho, estaría en Francia
o alguno de sus vecinos mejorando su técnica.
Amigos, entendamos que no tenemos educación, entendamos que
la política no es el camino, entendamos que ellos son familiares y que sin importar
del partido en el que militan, siguen siendo primos, hermanos, tíos, suegros,
etc.
Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, cultivémonos y apaguemos
la tele. Solo así podremos por fin gobernarnos.