Un dato empírico es que en la sociedad moderna, en la cual vivimos todas las personas tienen objetivos claros y distintas ambiciones, ya sean, ser profesional o llegar a ser un gran empresario, ambiciones que hemos recibido y adquirido como propias gracias a las palabras de nuestros padres y nuestros abuelos, es así como hemos escuchado muchas veces la frase “tienes que estudiar para llegar a ser un hombre exitoso”, frase que cumple con el rol de una especie de lavado de cerebro.
Así nuestra máxima aspiración de felicidad es ser un “hombre exitoso”, lleno de riquezas y amistades, siempre sonrientes, imagen que hemos copiado tanto de las historietas, películas y teleseries. La sociedad nos invita a la codicia y nos dice que si no tenemos bienes materiales no somos felices.
Entendiendo felicidad en esto términos pareciera inalcanzable, dado que el deseo y las necesidades humanas son inagotables, cada ves que logramos apalear o satisfacer una necesidad, inmediatamente nace otra que requiere de mayores recursos.
Pareciera que de este modo, solo logramos llegar a la felicidad por un instante, el instante siguiente al de cumplir con la meta propuesta, seguida a esta felicidad tenemos un lapso de tranquilidad y luego un deseo de llegar a cumplir otro objetivo.
Si comparamos la felicidad, entendida de este modo, con una rehabilitación de un enfermo de parálisis, cada vez que este logra cumplir con una de las fases de la rehabilitación, es feliz pero inmediatamente eso, se propone una meta superior, luego de que logra caminar, se propone correr y luego de correr, se propone saltar, luego de saltar se propone hacer acrobacias y así nunca llega la felicidad por completo.
Un modo posible para la felicidad es la conformidad. Cada vez que llegamos a cumplir una meta y nos conformamos con la realización de esta acción prolongar la felicidad por un mayor tiempo e incluso en el espacio.
Si estudiamos a un hombre optimista y a la vez conformista, es decir, que cree que cada vez puede ser mejor y es feliz a pesar de poder ser mejor con lo que tiene y ha logrado, podemos darnos cuenta que la felicidad de este hombre es prolongada.
Así a medida que nos conformamos con lo que logramos y tenemos podemos apreciar mejor las cosas y por consiguiente ser mas felices.
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