sábado, 17 de octubre de 2009
Polilla
Y como una polilla entro por mi ventana, por el insignificante espacio que queda entre la cortina y la muralla, atraída por la luz, esa luz que la deja tonta, comenzó a revolotear y a golpearse por todas partes, intente atraparla, y lo logre, pero en cuanto pudo se zafo de mis manos haciendo cosquillas y volvió a volar, a golpearse por todas partes, es que esa luz, en vez de guiarla la desorienta, es la maldita luz artificial. Entonces hice mayores esfuerzos, ya no sabía si la quería atrapar para quedármela, para dejarla libre o solo matarla, pero su belleza me desconcentraba, yo solo quería escribir, y olvide lo que escribía. La golpee, la azote contra una muralla y se tranquilizo, la tome con delicadeza y la deje en la ventana. Si vuelve, volverá, si vuela, volara y si la pillo nuevamente, la volveré a dejar en libertad.
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