Con el objeto de entender si las relaciones entre el grupo humano que compone nuestra facultad de derecho de la universidad Diego portales son realmente lo que solemos llamar vida universitaria, he decidido desvelarme y pasar noche tras noche, día tras día y cada vaso de piscola pensando el dilema.
En una primera mirada a nuestra cuestión a tratar, he querido expresar lo que a mi parecer es la realidad de nuestra facultad y entorno de vida. Así es como la mayoría de los estudiantes portalianos de derecho cumple o cumplimos con la difícil misión de ser estudiantes clientes, esa clase de persona que nadie quiere ver si quiera frente su cara en el metro, a menos de un centímetro de distancia, esa lacra que expele de sus poros el olor a egoísmo.
El estudiante de derecho de la portales es un hombre sin identidad, el cual siente arraigado en su corazón el rechazo social y familiar por el hecho de estar estudiando en la mejor universidad privada de nuestro país. A causa de ello como muestra de la maduración del joven, este toma la decisión de no actuar ni mucho menos, tomar un rol dentro de la universidad.
Es un niño que se siente en una casa ajena que además de ser poco agradable, no le brinda la comodidad y relajación de verdes mas extensos que el de la escalera.
En resumidas cuentas, el portaliano de derecho pareciera no tener identidad con la universidad, no sentirse contento en su entorno y carecer de iniciativa de participación. Aunque esta ultima la podríamos encausar en la anterior.
Las preguntas ahora son: ¿se puede hacer algo para aumentar la participación estudiantil?; ¿como podemos cambiar la infraestructura de nuestra universidad?; ¿como quitar el recelo de no haber quedado en la chile para poder tener una identidad con la universidad?; sobre todo y la mas importante: ¿trabajaremos para hacer universidad?
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