martes, 2 de marzo de 2010

Testigo

Testigo, participe, inmerso en una realidad que no hizo más que sacudirme el piso. Una noche cualquiera alguien me despertó, levanto mi cama por los aires, la zamarreo un par de minutos y la dejo caer al son de una hermosa canción de queen. El mundo entero se conmovió, menos yo.
Es que no fue más que un sueño, es que en Neverland sucedió en realidad y yo simplemente veo el desastre a través de la magia mentirosa de la televisión, o es que estoy en otro planeta y en una realidad paralela sucedió, pero a mí no. Yo no sufro, no lloro, aun trabajo, aun escribo y aun estudio.
Intento conmoverme, decidí ayudar, pero pareciera que nunca fue, no tuve miedo, no corrí, no debí ahorrar ni mucho menos solicitar ayuda.
No entiendo que sucede, pero ahora temo por mi alma, pareciera que al caer la cama se quedo en otro lugar, flotando por ahí, junto con algunos de los desaparecidos, no entiendo porque todos tienen esa cara distinta, cara de estrés mesclada con borrachera y falta de sueño por una larga jarana. Solo le pido al dios tembloroso que me la devuelva para poder escribir sobre ello.

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