Eufórico ingreso en el baño sediento por el alcohol, he pensado muchas cosas, mas de las que mi mente soporta, no sé qué hacer, miro al espejo, intento imaginarme viejo, pero no lo logro en lo absoluto, es que mi vida parece no tener sentido.
Sé que me tengo que mantener con vida solo porque tengo que consumir oxigeno mesclado con tabaco, el alcohol que remplaza el agua en mis tardes y para no desilusionar a nadie, pero a mí mismo no me tengo que desilusionar, no tengo porque mentirme, no tengo porque engañar mis sentimientos.
¿Sentimientos? Qué es eso, realmente, haciendo cuenta, pareciera que no existen, pareciera que son una ilusión, he creído en el amor, he pensado que lo he sentido, pero como amar si en realidad soy incapaz de mantener una relación, como amar si nadie me lo ha correspondido.
El espejo solo me revela mi presente, un cascaron vacio sin un futuro, sin un objetivo por el cual envejecer, sin un objetivo para dejar mis vicios.
Tomo las herramientas, tomo las tijeras, miro mis brazos, están casi desnudos, sin un bello en el, dejo las tijeras y busco la navaja, la navaja está un poco oxidada, pero no me importa, la rozo contra mis piernas, parecen no tener filo, comienzo con el pelo, lo tomo sin cuidado y lo arrebato de mi cabeza, se desprende cayendo a la nada, una especie de abismo sin fin, caen como si no existieran, la barba crecida continua y el procedimiento es igual.
Ya no hay pelo en mi cabeza ni cara, pero el exceso lo retiro con la navaja, a pesar de que me corta, a pesar de que tengo que hacer más esfuerzo, se va todo lo llamado cejas, se va todo, soy un calvo, ahora me veo como debo ser, un hombre sin nada, sin sentimientos, sin un futuro, sin un objetivo para estar ahí.
La tina se llena lentamente, me recuesto en ella rebalsando su contenido, me quedo dormido
No sé si será lo último que escriba no sé si viviré porque si
Mi obituario debe decir:
